domingo, 29 de noviembre de 2009

10 principios espirituales para la vida

El convertirte en cristiano es la experiencia más maravillosa que puedes teneren la vida. Te pone en paz con tu Creador y te da ¡vida eterna! Puedes tener la absoluta certeza que Dios jamás te dejará. Te ha traído hasta aquí y perfeccionará la obra que comenzó en ti. Dios conoce cada uno de tus pensamientos y lo que te preocupa.


Revisemos algunas de estas preocupaciones. Lo más importante consiste en saber si estás "seguro" de tu salvación. La Biblia dice que debemos "procurar hacer firme nuestra vocación y elección" (2 Pedro 1:10). Revisemos los siguientes puntos para asegurarnos que realmente estás seguro de tu salvación:


1. ¿Sabes que Dios se hizo carne en la persona de Cristo Jesús (1 Timoteo 3:16), y que murió por los pecados del mundo?
2. ¿Te acercaste al Salvador porque has pecado?
3. ¿Te arrepentiste y confiaste en Jesús?
4. ¿Crees que Él sufrió y murió en la cruz y que resucitó al tercer día?


Dios nos absuelve de nuestro pecado porque Cristo Jesús pagó nuestra deuda. La muerte de Jesucristo asegura nuestra "justificación" (la restauración de nuestra relación con Dios). La resurrección de Jesucristo nos asegura que Dios consideró que la preciosa sangre de Cristo era suficiente para cubrir nuestra deuda.


Consideremos la siguiente analogía. Has quebrantado la ley y tienes que pagar una multa de 50,000€ . Le dices al juez que lamentas haber quebrantado la ley, pero él te responde, "!Quebrantaste la ley! Ahora, paga la multa". Sólo te puede absolver si pagas la multa. Te podría absolver si otro pagara tu multa, pero dicha acción tendría un sustento para validar el perdón.

Necesitamos a un sustituto (un salvador) que pague nuestra "deuda” moral porque hemos quebrantado la Ley de Dios. Revisemos esta ley (los 10 Mandamientos) para ver cuánto la hemos transgredido. ¿Has dicho alguna mentira? ¿Has robado? ¿Has codiciado a otra persona? Si respondiste de manera afirmativa a estas preguntas ¡tienes que admitir que eres un mentiroso, ladrón y adúltero y que le tendrás que dar cuentas a Dios en el Día del Juicio! Si has usado Su nombre en vano, eres culpable de blasfemia porque dijiste el santo nombre de Dios en lugar de una maldición. Tal vez has odiado a alguien, en cuyo caso la Biblia te llama asesino. Has violado la santa ley de Dios y estás metido en un GRAN problema. Serás hallado culpable en el Día del Juicio y enviado al Infierno.


Este es el motivo por el cual necesitas a un Salvador. No te ayudará sentirte mal o confesarle tus pecados a Dios. Debe volverte de tu pecado y confiar únicamente en Jesucristo. Es único medio que te asegura la misericordia de Dios. Aprópiate de de la oración que encontrarás del Salmo 51 si no estás seguro de su salvación.

Ahora revisemos algunos otros principios importantes que te pueden ahorrar dolor y sufrimiento.