lunes, 29 de marzo de 2010

LA ARMADURA DE DIOS

domingo, 21 de marzo de 2010

TESTIMONIO PASTOR JOSE SATIRIO DOS SANTOS

A todos mis queridos hermanos en Cristo Jesús los invito a que por instante observen el video de este hombre, quien Dios mostro una Visión.

HINNO DE VICTORIA-Danny Berrrio

martes, 16 de marzo de 2010

Hagámonos los mejores amigos de Dios

“Ser amigos de Dios es privilegio de quienes lo reverencian” SALMO 25:14

Adán y Eva disfrutaban una amistad íntima con Dios. Sin los estorbos de la culpa o el temor, Adán y Eva se deleitaban en Dios, y él con ellos. Dios nos creó para vivir continuamente en su presencia; pero después de la caída, esa relación ideal se estropeó. Sin embargo, puesto que nuestra salvación está asegurada por Jesús y su Espíritu Santo está en nosotros, ahora podemos ser amigos de Dios.

“Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón… seremos salvados del castigo de Dios por su vida! ROMANOS 5:10.

La amistad con Dios se cultiva cuando compartimos todas nuestras vivencias con él. Dios quiere ser más que una cita en nuestra agenda. Quiere ser incluido en cada actividad, en cada conversación, en cada problema y hasta en cada uno de nuestros pensamientos. La amistad se cultiva compartiendo experiencias: alegrías, tragedias, desafíos, rutinas, las buenas y malas. Cultivamos la amistad con Dios del mismo modo: pasando juntos el tiempo mientras interactuamos, conversamos, escuchamos y vivimos diversas circunstancias en común.

Es imposible ser amigos de Dios si no sabemos lo que dice. No podemos amar a Dios si no lo conocemos, y no podemos conocerlo si no conocemos su palabra. Si bien no podemos pasarnos 24 horas estudiando la Biblia, podemos pensar en ella durante el día, recordando versículo que hemos leído o memorizado y reflexionando en ellos. Dios consideraba a Job y a David sus amigos porque valoraban su Palabra por encima de todas las demás cosas, pensando en ella continuamente en el transcurso del día.

“¡Cuanto amo yo tu ley! ¡Todo el día es ella mi meditación! SALMO 119:97.

Otra manera de cultivar la amistad con Dios es ser sinceros con él. Dios no espera que seamos perfectos, pero sí insiste en que seamos completamente sinceros. Si la perfección fuera un requisito para ser amigo suyo, nunca podríamos serlo. Es una dicha que, por la gracia de Dios, Jesús todavía sea “amigo de pecadores” MATEO 11:19. En la Biblia, los amigos de Dios fueron sinceros con respecto a sus sentimientos. Esta franqueza no parecía molestarle a Dios; es más, la estimuló.

Conocer y amar a Dios es nuestro mayor privilegio, y el mayor placer de Dios es conocernos y amarnos.

lunes, 15 de marzo de 2010

viernes, 12 de marzo de 2010

EL HOMBRE JUSTO O EL IRRESPONSABLE?

Imagen del Bien y el Mal: Dos caminos.

El hombre justo practica la responsabilidad, jamás miente, teme a Dios y hace de la justicia su principal principio de vida. En cambio el individuo que actúa irresponsablemente, pretende que soslayar a Dios, es sinónimo de hombría y superioridad. Cree que sin la ayuda y auxilio divina puede lograrlo todo, alcanzar cuanto se disponga. Por lo regular las consecuencias de nuestro modo de vivir no se exhiben de manera inmediata y antes por el contrario, requieren de cierto tiempo para hacerse presentes.

Un antiguo adagio enfatiza que “cada quien recoge lo que siembra” y esto es aplicable perfectamente a nuestra forma de vivir. Individualmente poseemos una especie de balanza, que es nuestra conciencia, que a cada paso de nuestra existencia, se pronuncia y nos advierte lo que es bueno y lo que es malo. Es esa vocecita que se escucha en cada acto, en cada decisión, en cada pensamiento que tengamos, en cada situación en la que participemos, en las elecciones que cotidianamente hagamos, etc. A todo lo que se ha expresado se debe añadir que la sola voz de la conciencia no basta para vivir como los justos, también necesario e imperativo es, el discernimiento y la sabiduría que nos concede Dios por intermedio del Espíritu Santo, ya que como seres humanos, usualmente nos dejamos arrastrar por nuestras flaquezas y debilidades, para sucumbir a las tentaciones que el mundo y el maligno nos presentan.

De allí la necesidad de invocar a Dios y vivir bajo su orientación, subordinación y protección. Elijamos pues, la vida del hombre justo, en la seguridad de que la recompensa será grande.

Veamos lo que el Libro de la Sabiduría nos enseña al respecto:“Entonces el justo se mantendrá de pie, completamente seguro frente a aquellos que lo oprimieron y despreciaron sus padecimientos. Ellos, al verlo, serán presa de un terrible temor y quedarán desconcertados por lo imprevisto de su salvación. Llenos de remordimiento y lanzando gemidos, se dirán unos a otros, con el espíritu angustiado: "Este es el que antes poníamos en ridículo y convertíamos en objeto de escarnio. ¡Insensatos de nosotros! Su vida nos parecía una locura y su fin una ignominia.

¿Cómo ha sido incluido entre los hijos de Dios y participa de la herencia de los santos? ¡Qué lejos nos apartamos del camino de la verdad! La luz de la justicia nunca nos ha iluminado ni el sol ha salido para nosotros. Nos hemos hartado de los senderos del mal y la perdición, hemos atravesado desiertos sin caminos, ¡pero no hemos conocido el camino del Señor! ¿De qué nos sirvió nuestra arrogancia? ¿De qué nos valió jactarnos de las riquezas? Todo eso se desvaneció como una sombra, como una noticia fugaz; como una nave que surca el mar agitado, sin que pueda descubrirse la huella de su paso ni la estela de su quilla entre las olas; o como un pájaro que vuela por el aire sin dejar rastros de su trayecto: él golpea la brisa con el látigo de sus plumas y la corta con un agudo silbido, se abre camino batiendo las alas y después no queda ni una señal de su paso; o como una flecha arrojada hacia el blanco: el aire desplazado vuelve en seguida a su lugar, y se ignora el camino que ella siguió. Así también nosotros, desaparecimos apenas nacidos y no tenemos para mostrar ninguna señal de virtud, porque nos hemos consumido en nuestra maldad". Sí, la esperanza del impío es como brizna llevada por el viento, como espuma ligera arrastrada por el huracán: ella se disipa como el humo por el viento, se desvanece como el recuerdo del huésped de un día”. (Fragmentos del Libro de la Sabiduría, capítulo 5)

¿Debería una Persona Que No Es Hijo de Dios Orar Por el Perdón de Sus Pecados?

Por: David Pratte.

Sin duda, una de las preguntas más importantes que puede ser hecha es, "¿Qué debo hacer para ser salvo?" Si una persona que no es hijo de Dios - no es Cristiana porque nunca ha nacido de nuevo - pero además de eso, esta persona quiere recibir el perdón de los pecados, ¿qué debe hacer esa persona?

Una de las doctrinas más comunes con respecto a este tema es que tal persona simplemente debería creer en Jesús y luego orar por el perdón. Considere la siguiente cita de un tratado titulado "El Sencillo Plan de Salvación de Dios":

Simplemente crea en El como el que cargó SU PECADO, MURIO EN SU LUGAR, fue sepultado y resucitado para SU JUSTIFICACION. Ahora invóquelo. "Porque TODO AQUEL que invocare el nombre del Señor SERA SALVO" - Romanos 10:13. La primera oración que un PECADOR debe orar está dada en Lucas 18:13 - "Dios, sé propicio A MI PECADOR". Ahora, usted es pecador y ciertamente está afligido a causa de esto. AHORA mismo, si quiere levantar su corazón a Dios en oración ... diga sencillamente: O, Dios, soy un pecador. Lo siento, estoy arrepentido, ten MISERICORDIA de mí, y SALVAME por el amor de Jesús. Ahora, simplemente lo tomo a El en Su Palabra ... usted dirá, "ciertamente eso no es todo lo que es necesario que se debe hacer para ser salvo". Si lo es, absolutamente todo .. DESPUES DE QUE USTED ES SALVO ... ENTONCES DEBERA SER BAUTIZADO ... [todo el énfasis está en el original].

La pregunta a ser estudiada en este momento es esta: ¿qué enseña la Biblia acerca de esta doctrina? El evangelio revela muchos ejemplos en los que la gente que no era hija de Dios fueron convertidos. ¿En cuál de estos ejemplos a uno que no era hijo de Dios se le dijo que orara para recibir el perdón de los pecados? ¿Y en dónde dice la Biblia que una persona es salva antes de ser bautizada, y después de que es salva debe ser bautizada?

Estas son preguntas serias porque envuelven el proceso por medio del cual una persona recibe el perdón de los pecados y se convierte en hijo de Dios. No podemos ser salvos si seguimos un patrón de salvación que sea diferente al que Dios ha revelado en la Biblia, porque cualquier persona que predique un evangelio diferente es un anatema (Gál. 1:8-9). Siguiendo las doctrinas hechas por los hombres, nuestro servicio a Dios es en vano (Mat. 15:9,14). Por tanto, la pregunta es ¿una persona que no es hijo de Dios debería orar por el perdón de los pecados o no? ¿Se encuentra esta doctrina en el evangelio o es una doctrina inventada por los hombres?

¿En Que Momento Enseña el Evangelio Que Aquellos Que No Son Hijos de Dios Deben Orar Por El Perdón? La Biblia enseña muchas cosas con respecto a la oración. ¿Qué es lo que dice la Biblia con respecto a la gente que no es hija de Dios la cual ora por el perdón?

¿Quien Tiene el Derecho de Orar a Dios?

¿Cuáles oraciones escuchará Dios? Considere las enseñanzas de los siguientes pasajes:

*1 Juan 3:22 - Recibimos lo que pedimos pero si guardamos los mandamientos y hacemos lo que le agrada.
*Santiago 5:16 - La oración de un hombre justo puede mucho.
*Proverbios 15:8,29 - Dios escucha y se deleita en la oración de los justos, pero está lejos de los impíos. La oración de uno que aparta su oído de la ley es una abominación para Dios (28:9).
*Salmo 34:15-16 - Dios abre sus oídos al clamor de los justos, pero Su rostro está contra aquellos que hacen el mal (Comp. 1 Ped. 3:12).
*Juan 9:31 - Dios no oye a los pecadores, pero si a aquellos que le adoran y obedecen.

Estos versículos enseñan en principio general de que Dios rehúsa escuchar la oración de aquellos que están viviendo en desobediencia a El. Veremos más tarde que ha habido casos en los que personas que no eran hijos de Dios, pero que estaban buscando la verdad, Dios reconoció lo que estaban orando. Generalmente, no obstante, simplemente ignora las oraciones de aquellos que no son Sus hijos.

¿Que Debería Hacer una Persona Que No Es Hija de Dios para Obtener el Perdón de los Pecados?

Si la gente que no es hija de Dios se supone que no pueden orar por el perdón, entonces ¿qué se les debe decir que hagan para ser perdonados? ¿Les dice la Biblia de algún modo que son salvos antes de ser bautizados, y que luego sean bautizadas después de que han sido salvas? Estudiemos algunos ejemplos de conversión en el Nuevo Testamento para contestar esta pregunta.

Los Judíos En Pentecostés - Hechos 2

Las personas descritas aquí eran los culpables de la muerte de Jesús. En el versículo 21, se les dijo, "Todo aquel que invocaré el nombre del Señor, será salvo" (Comp. Rom. 10:13). El tratado que citamos al inicio usó este pasaje como prueba de que uno que es hijo de Dios debería orar por el perdón. Pero ¿qué significa "invocar el nombre del Señor"? ¿Cómo hace usted esto? El pasaje realmente no dice que esto signifique orar. ¿Qué es lo que realmente implica? Guardemos el versículo dentro del contexto y la Biblia se explicará a sí misma. A media que Pedro predicaba, la gente reconoció su pecado y preguntaron que debían hacer a ese respecto (v.37). Pedro dijo, "Arrepentíos y bautícese ... para perdón de los pecados ..." Esto explica más adelante cómo era salva la gente. Pedro dijo que invocaran el nombre del Señor (v.21), pero cuando se preguntó específicamente que debía ser hecho, dijo que se arrepintieran y bautizaran para el perdón de los pecados.

Algunas personas dicen "para perdón de los pecados" significa "a causa del perdón de los pecados". Esto sería semejante a decir, "a él le fue dada una infracción antes de sobrepasar el límite de velocidad", o "le fue pagado antes de empezar a trabajar". Por tanto, el versículo significaría que debería orar por el perdón, entonces Dios lo perdonará, y luego debe ser bautizado porque ya ha sido salvo. Nótese que esta explicación significa que la gente a la cual Pedro les habló ya eran salvos antes del versículo 38, por tanto, Pedro no les está diciendo que hacer para ser salvos, sino que hacer para mostrar que ya han sido salvos. Pero si esto es verdad, ¿por qué Pedro les dijo en el v.38 que se arrepintieran? ¿Debía haberles dicho esto si ya eran salvos? No, claramente estaba hablando a la gente que aun no estaba perdonada, diciéndoles que hacer para ser salvos. Por tanto, "para perdón de los pecados" significa, no a causa de que ya ha sido perdonado, sino para recibir el perdón (Comp. Mat. 26:28).

Hechos 2:21 dice que deberíamos invocar el nombre del Señor para ser salvos, pero no dice cómo se hace esto. Aquellos que creen que esto se refiere a la oración, han supuesto algo que ellos no pueden probar. El v.38 nos dice como invocar el nombre del Señor - por medio de arrepentirse y ser bautizados en Su nombre. Esto es lo que un no hijo de Dios debe hacer para recibir el perdón de los pecados.

Cornelio - Hechos 10 & 11
Hechos 10:1-2, dice que Cornelio era un hombre generoso, y religioso que "oraba a Dios siempre". Los versículos 4-5 y 31 dicen que Dios "escuchó" sus oraciones y que eran un memorial para Dios. Por tanto, en algunos casos, aún si ciertas personas no son hijos de Dios, con todo si ellos están realmente buscando Su voluntad, al menos El es sabedor de lo que están orando. El pasaje no dice por qué oró Cornelio, ni de si Dios estaba concediendo la oración, sino que lo que recibió fue una oportunidad para conocer el evangelio.

Pero nuestra pregunta es esta: ¿Cornelio fue perdonado cuando oró a Dios? ¿Fue eso "todo" lo que tuvo que hacer para ser salvo, como está declarado en el tratado que citamos? Hechos 11:14 dice que el ángel que le habló le dijo a Cornelio que enviara por Pedro quien le diría las palabras por las cuales podría ser salvo. Cuando hizo esto, Pedro le dijo, no que orara por la salvación, sino que se bautizara en agua (10:47-48). Si una persona que no es hijo de Dios es salvo por orarle al Señor, ¿por qué Cornelio no fue salvo antes de Pedro hablarle? No obstante, claramente dice el pasaje que no fue salvo antes de Pedro hablarle. Fue salvo como resultado de escuchar y obedecer al evangelio predicado por Pedro, el cual incluyó el ser bautizado.

Saulo de Tarso - Hechos 9 & 22
Saulo había sido perseguidor de la iglesia, pero Jesús se le apareció en el camino a Damasco y le dijo que entrara a la ciudad en donde se le diría lo que debía hacer (9:1-6). En la ciudad, estuvo tres días sin comer ni beber, y orando (9:9,11). A Saulo nunca se le dijo que orara, ni sabemos para qué oró. Se le dijo lo que debía hacer, e hizo la oración antes de que se le dijera que hacer.

Pero ¿fue perdonado por la oración? Si el creer y la oración es "absolutamente todo" lo que una persona debe hacer para ser perdonada de pecados, ¡entonces Saulo ciertamente fue salvo aún antes de que se le dijera que hacer! Pero ¿fue salvo acorde a la Biblia? En Hechos 9:18, Ananías vino a él y Saulo fue bautizado inmediatamente. Hechos 22:16 nos dice lo que le fue dicho que debía hacer, y esto explica por qué fue bautizado inmediatamente. Ananías dijo, "Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y la va tus pecados, invocando su nombre".

Nótese la importante lección enseñada aquí: (1) A Saulo se le dijo lo que debía hacer, pero nunca se le dijo que orara por el perdón. (2) Aún cuando Saulo había orado, no fue perdonado por medio de la oración, porque sus pecados estaban aún en necesidad de ser lavados. (3) Cuando Ananías dijo, "Ahora, pues, ¿por qué te detienes?", estaba diciendo en efecto a Saulo que suspendiera lo que había estado haciendo y que hiciera algo más en lugar de eso. Pero lo que Pablo había estado haciendo era orar, de manera que esto no era lo que Pablo debía continuar haciendo. (4) Lo que a Saulo se le dijo que "debía hacer" fue se bautizara y lavara sus pecados invocando el nombre del Señor. Esto confirma lo que aprendimos en Hechos 2, que para una persona que no es hijo de Dios, el invocar el nombre del Señor para salvación requiere el bautismo. Esto también confirma que, contrario a lo que mucha gente cree, los pecados no son perdonados antes del bautismo, pero el bautismo es una condición necesaria para tener los pecados lavados por la sangre de Jesús. Esto también concuerda con muchos otros pasajes sobre el tema. (Véase Mr. 16:16; 1 Ped. 3:21; Rom. 6:3-4; Gál. 3:27).

Conclusión
Aquí está un corto resumen de lo que hemos aprendido en este estudio:
*Generalmente, Dios no contesta las oraciones de la gente que no hijo(a) Suyo.
*Las únicas personas en el Nuevo Testamento que recibieron el perdón como resultado de la oración fueron las personas que ya eran hijos de Dios.

*A ninguno que no era hijo de Dios le fue dicho en algún momento por un hombre inspirado que orara por el perdón. La doctrina de que tales personas deberían orar por el perdón es, por tanto, una doctrina hecha por los hombres.

*La gente que no era hija de Dios aunque por alguna razón oró a Dios, no recibió el perdón sobre la condición de haber orado.

*En todos los casos, la gente que no era hija de Dios tuvo que ser bautizada para recibir el perdón de los pecados. En ningún caso alguna persona en algún momento recibió el perdón de los pecados antes de que fuera bautizada.

Mateo 7:21-23 enseña que no es suficiente declarar a Jesús como nuestro Señor y pensar sinceramente que estamos sirviéndole. Debemos servirle acorde con la voluntad del Padre. La voluntad del Padre es que una persona que no es hijo de Dios necesita cree, arrepentirse y ser bautizada para recibir el perdón de los pecados y convertirse en hijo de Dios. Claramente aquellos que enseñan a estas personas a orar por el perdón, son personas que ¡han cambiado el plan de Dios - han sustituido la oración por el bautismo! Están seduciendo a la gente por medio de predicar un evangelio diferente del que la Biblia enseña, y ciertamente no están agradando a Dios (Gál. 1:6-9).

Pero si una persona cree que fue salva como resultado de la oración y luego fue bautizada pensando que fue salva antes de ser bautizada, ¿qué debería hacer ahora esa persona? Claramente, a pesar de su sinceridad, nunca ha sido bautizada para la razón Bíblica y en consecuencia, su bautismo no llevó a cabo el propósito que Dios quería en él. Pero el propósito del bautismo debería haber sido en consecuencia que la persona pudiera ser perdonada de los pecados. Si nunca ha hecho esto correctamente, entonces ¡nunca ha sido perdonado de los pecados! Para agradar a Dios ahora, debe ser bautizado bíblicamente, como lo hizo la gente en Hechos 19:1-7. Si este es su deseo, estaremos gozosos en ayudarle. Si necesita ayuda, por favor contacte a las personas que le proporcionaron este tratado.

¿Quien Puede Orar Por el Perdón?

Hay algunos ejemplos Bíblicos en los cuales ciertas personas oraron por el perdón. ¿Quiénes fueron estas personas?

Mateo 6:12 - Jesús dijo que oraran, "Perdónanos nuestras deudas (transgresiones)". ¿Pero quien puede orar esta oración? Jesús les estaba hablando a la gente de la tierra de los Judíos, los hijos de Israel (4:25). Estas gentes eran los hijos de Dios bajo el Antiguo Testamento (recuerde que el sistema del evangelio de Jesús no entró en vigencia hasta la muerte de El - Heb. 9:16-17; Col. 2:14). La gente era también discípula de Jesús (5:1-2). Estaban en capacidad de dirigirse a Dios como "Padre nuestro", por lo tanto, debían haber sido hijos de Dios (6:9). Esta instrucción de orar por el perdón no fue dada a la gente que no era hija de Dios y que querían convertirse en hijos de Dios, sino más bien a la gente que ya era hija de Dios.

Lucas 18:13-14 - El publicano oraba, "Dios se propicio a mí, pecador" y fue justificado. El tratado que citamos anteriormente usó este como ejemplo de uno que no era hijo de Dios siendo perdonado por la oración. Pero ¿era este hombre hijo de Dios o no? Nótese que ambos, el Publicano y el Fariseo subieron al templo a orar (18:10). Pero este era el templo Judío, y únicamente a los Judíos se les permitía entrar (Hechos 21:28). En consecuencia, el publicano era un Judío tal como lo era el Fariseo. Otra vez, este pasaje no nos dice nada acerca de lo que debe ser hecho por una persona que no es hija de Dios y que quiere el perdón, ya que la persona descrita era un hijo de Dios bajo la ley del Antiguo Testamento entonces en vigencia.

Además, recuerde que este evento ocurrió mientras la ley del Antiguo Testamento era aún obligatoria. En ese templo Judío, por ejemplo, la gente aún ofrecía sacrificios animales, a través del sacerdocio Levítico, etc. Este caso no está destinado para describir la forma del perdón de Dios para la gente bajo el Nuevo Testamento, en vista de que el sistema del Nuevo Testamento o de justificación aún no había entrado en vigencia.

Hechos 8:18-22 - Simón pecó y se le dijo que se arrepintiera y orara por el perdón. ¿Fue esta la oración de uno que no era hijo de Dios o de uno que ya lo era? Nótese que los Samaritanos creyeron al evangelio predicado por Felipe y fueron bautizados (8:12). Marcos 16:16 dice, "El que creyere y fuere bautizado, será salvo", por tanto, los Samaritanos debieron haber sido bautizados. Pero Simón "también" creyó y fue bautizado (v.13) - hizo exactamente como los otros Samaritanos, por tanto, debió ser bautizado tal como ellos lo fueron. Fue después de que era hijo de Dios que Simón pecó y se le dijo que se arrepintiera y orara por el perdón (8:18-22). Otra vez, esto muestra que un hijo de Dios que peca debe orar por el perdón; en ninguna parte enseña que uno que no es hijo de Dios debe orar por el perdón.

1 Juan 1:8-10 - Si "confesamos nuestros pecados", Dios nos perdonará. Pero ¿quién es el "nosotros" o "nuestros" de quienes se está hablando aquí, quienes serán perdonados si los confiesan? En 1:6-7, el "nosotros" está hablando de aquellos que caminan en la luz, que tienen comunión con Dios, y que son limpiados por la sangre de Jesús. En 2:1-5, el "nosotros" se refiere a aquellos que conocen a Dios (v.3) y que están en El (v.5.6), en contraste al mundo (v.2). Si permanece alguna duda, 3:1-2 afirma el asunto: "somos hijos de Dios". A través de todo el contexto, "nosotros" se refiere a los hijos de Dios.

Todos estos pasajes nos muestran que acorde al evangelio, los hijos de Dios a veces son culpables de pecado. Cuando esto sucede, para ser perdonados deben arrepentirse y orar. Pero los pasajes que hablan de la oración para el perdón están hablando siempre acerca de los hijos de Dios. No hay un solo pasaje o ejemplo en cualquier parte del evangelio que hable acerca de la gente que no es hija de Dios siendo perdonadas como resultado de la oración por el perdón. Tal idea es una doctrina hecha por los hombres (Mat. 15:9).

El corazón de la adoración

“Entréguense por completo a Dios… preséntenle todo su ser para propósitos justos”
ROMANOS 6:13

El corazón de la adoración es rendirse, entregarse a Dios. La verdadera adoración (agradar a Dios) se da cuando nos entregamos completamente a él. Ofrecerte a Dios es la esencia de la adoración. A este acto de entrega personal se la llama de diversas maneras: consagración, que Jesús sea el Señor de nuestra vida, tomar la cruz, morir al yo, ponerse en manos del Espíritu. Lo que importa es lo que se haga, no cómo se llame. Dios quiere nuestra vida: toda nuestra vida. El noventa y cinco por ciento no es suficiente.

La confianza es un ingrediente esencial de la entrega. No puedes entregarte a Dios si no confías en él, pero tampoco puedes confiar en él hasta que lo conozcas mejor. El temor impide entregarnos, pero el amor echa fuera el temor. Cuando más nos demos cuenta de lo mucho que Dios nos ama, más fácil nos resultará la entrega. Dios es amante y libertador, y cuando nos entregamos a él obtenemos libertad, no esclavitud. Cuando nos entregamos completamente a Jesús, descubrimos que no es un tirano sino el Salvador; no es un jefe sino un hermano; no es un dictador sino un amigo.

La entrega se demuestra mejor con la obediencia; trabajando codo a codo con el Creador. Dices: Sí Señor a cualquier cosa que te pida. El ejemplo supremo de entrega personal es Jesús. La noche antes de su crucifixión, Jesús se entregó al plan de Dios. Oró pidiéndole al Padre: “¡Padre!, todas las cosas son posibles para ti. Aparta de mí esta copa (de sufrimiento); pero no se haga la que yo quiero, sino lo que quieres tú” MARCOS 14:36 (RVR1995). La entrega auténtica dice: Padre, si este problema, dolor, enfermedad y circunstancia son necesarios para cumplir tu propósito y para tu gloria en mi vida o en la de otro, ¡no me libres de este trance!. “Así que debemos someternos completamente a Dios” SANTIAGO 4:7 (PAR)
Si Dios va a trabajar a fondo contigo, comenzará con la entrega. Entrégale todo a Dios: lo que lamentas de tu pasado, tus problemas presentes, tus ambiciones de futuro, tus sueños, tus temores, tus debilidades, tus costumbres, tus penas y tus complejos. Pon a Cristo en el asiento del conductor de tu vida y suelta las riendas. No tengas miedo; nada que él tenga bajo su control puede quedar a la deriva. Si Cristo tiene el dominio, podrás enfrentarlo todo

¿Qué hace sonreír a Dios?

Ya que agradar a Dios es el principal propósito de nuestra vida, la tarea más importante que tenemos es descubrir cómo hacerlo con exactitud. Es una dicha que la Biblia nos presente un ejemplo claro de una vida que agradó a Dios.

El hombre se llamaba Noé. Del estudio de su vida aprendemos cinco actos de adoración que hacen sonreír a Dios.

Dios sonríe cuando lo amamos por encima de todo.
Cuando confiamos en él completamente.

Cuando lo obedecemos de todo corazón.

Cuando lo alabamos y le manifestamos una gratitud continua.

Lo que Dios más quiere de nosotros es que tengamos comunión con él. Él te ama de todo corazón y desea, en reciprocidad, que tú también lo ames. El anhelo de Dios es que lo conozcamos y que pasemos tiempo con él. Él se complace con nosotros. Tener comunión con Dios, aprender a amarlo y ser amado por él, debería ser el mayor objetivo de nuestra vida. No hay ninguna otra cosa que tenga tanta importancia.

Jesús dijo:"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con tu alma y con toda tu mente... Éste es el primero y el más importante de los mandamientos" MATEO 22:37-38 (NVI)
"Agradamos a Dios por lo que hacemos y no solo por lo que creemos"SANTIAGO 2:24 (PAR).

La palabra de Dios nos dice claramente que no podemos ganarnos la salvación. La salvación es por gracia, no por ningún esfuerzo de nuestra parte. Pero como hijos de Dios podemos agradar a nuestro Padre celestial mediante la obediencia. Busquen es sus Biblias y hagan una lista de todos los pequeños actos de obediencia que agradan a Dios. Todos esos actos de obediencia son también actos de adoración. ¿Por qué a Dios le agrada tanto la obediencia? Por que es la demostración de que realmente lo amamos. Jesús dijo: "Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos"
JUAN 14:15 (PAR) "Dios, desde el cielo, mira a hombres y mujeres; busca a alguien inteligente que lo reconozca como Dios"
SALMO 14:2 Cuando vivimos a la luz de la eternidad, nuestro enfoque cambia. En lugar de plantearnos: "¿Cuánto placer me proporciona la vida?" llegamos a pensar: "¿Cuánto placer le proporciono a Dios con mi vida?" Dios está buscando personas como Noé: personas dispuestas a vivir para agradarlo. La adoración como estilo de vida es la única manera sabia y sensata de