jueves, 28 de octubre de 2010

PABLO NOS PRESENTA EL ORDEN DE LA SALVACIÓN

Hechos 26:15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, 17 librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, 18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

En este relato Pablo nos presenta el "órden de la salvación", de la siguiente manera:

(Evagelismo) - Pablo es "enviado" a predicar la Palabra
(Regeneración) - Por medio de la predicación se abren los ojos
(Conversión) - Las personas se dan cuenta de su condición y se apartan del pecado
(Fe/ creer) - Las personas se tornan a Dios y le reciben
(Justificación) - Reciben perdón de pecados
(Adopción) - Son admitidos al grupo de creyentes, los santificados
(Glorificación) - Finalmente recibirán la "herencia" juntamente

Así es como Dios hace las cosas. En un órden perfecto e innagable de manera que para que las personas puedan convertirse y creer al evangelio, PRIMERO deben ser abiertos sus ojos por medio de la Palabra de Dios y LUEGO de recibir entendimiento divino se convierten a Dios y tienen fe para perdón de pecados.

Los Beneficios del Nuevo Nacimiento

¿Somos Sacerdotes?

Para este ministerio, Dios nos ha hecho a TODOS los creyentes "sacerdotes". Como lo expresa en 1Pd. 2: 9 dirigiéndose a todos los hijos de Dios: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios". Eso es lo que somos todos los que constituimos la iglesia del Señor: "real sacerdocio".

En Ap.1: 6 expresa la misma verdad: "nos hizo reyes y sacerdotes". Cada uno de los cristianos que hemos nacido de nuevo, somos sacerdotes por designación e investidura divina. Algo infinitamente más importante que el nombramiento o "títulos" que puedan otorgar seminarios de hombres o congregaciones terrenales.

Pero ¿qué significa ser sacerdotes? Para comprender este termino necesariamente debemos acudir al Antiguo Testamento, donde Dios lo introduce por primera vez.

De entre todas las tribus de Israel, fue a la tribu de Leví la que le correspondió ese privilegio. La que debía ocuparse de servir en el tabernáculo y presentar los sacrificios.

No se podía ser sacerdote y no ofrecer sacrificios al Señor, ni menos aún conformarse con ir a sentarse al tabernáculo, porque allí no existían bancas; todos estaban muy ocupados sirviendo al Señor.

El tabernáculo de reunión era el lugar donde Dios se manifestaba a su pueblo. Era una carpa de aproximadamente 13 metros y medio de largo, por 4 y medio de ancho; con una división en su interior, separando el lugar Santo ( la primera sección) del lugar Santísimo (el lugar de más adentro).

Hasta el lugar Santísimo podía entrar únicamente el sumo sacerdote, y esto para ofrecer la sangre de la expiación por él y por el pueblo, una vez al año.

Al lugar Santo, que era el compartimiento de más afuera, vale decir la primera sección de la carpa; podían hacerlo todos los sacerdotes.

Pero el pueblo tenía acceso solamente hasta el patio o atrio, que era un lugar de aproximadamente de 46 metros de largo por 23 de ancho, equivalente más o menos a las dimensiones de una piscina olímpica de nuestros días.

Ese patio estaba demarcado por una cortina de lino fino blanco, que se levantaba separando y excluyendo a todos desde ese lugar. Era de aproximadamente 2,20 metros de alto; mayor que la estatura del hombre, impidiendo que alguien desde afuera pudiera tan siquiera ver lo que sucedía adentro.

La gracia divina había dispuesto una espaciosa puerta de hermosos colores, para que el pueblo pudiera entrar a ese lugar especial. Era ancha y del mismo alto que las cortinas que constituían el atrio.

La puerta de acceso al tabernáculo, por donde entraban únicamente los sacerdotes, era más angosta pero mucho más alta. Esto nos habla que Dios exigía un estándar de santidad y consagración mucho más alto a los sacerdotes, que al resto de la gente.

Esta diferencia también se aprecia en la vestimenta que tenían que usar los sacerdotes. Aarón, el primer sumo sacerdote, y sus hijos, están representando a Cristo y la iglesia.

La vestidura de Aarón era aún más especial que la de sus hijos. Entre otras cosas, tenía un manto de llevaba en sus orillas, campanillas de oro, intercalando una campanilla de oro con una granada de azul, púrpura y carmesí.

El manto azul estaba sobre Aarón cuando ministraba, y se oía el sonido de las campanillas de oro cuando él entraba al lugar Santo delante de Jehová. Ese manto es emblema del carácter enteramente celestial de nuestro gran sumo sacerdote, Cristo Jesús.

Él ha penetrado los cielos más allá del alcance de toda visión humana; mas por el poder del Espíritu Santo, hay un testimonio rendido a la verdad de que él vive en la presencia de Dios. Y no solamente un testimonio, sino también fruto: "Una campanilla de oro y una granada, una campanilla de oro y otra granada".

Tal es el orden que se nos presenta lleno de hermosura. Un testimonio fiel a la gran verdad de que Jesús está siempre para interceder por nosotros. Está inseparablemente unido a un servicio fructífero. Que Dios nos conceda tener una espiritualidad mayor, para comprender estos preciosos y santos misterios.

También debía usar una mitra o turbante en su cabeza, con una lámina de oro fino donde tenía grabado el siguiente sello: Santidad a Jehová. "Harás además una plancha de oro fino y grabarás en ella: Santidad a Jehová. Y estará sobre la frente de Aarón; y llevará Aarón el pecado de las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado".

Esta lámina de oro sobre la frente de Aarón, era figura de la santidad esencial del Señor Jesucristo. Qué descanso para el corazón del hombre, en medio de las fluctuaciones de nuestra propia experiencia. Nuestro gran Sumo Sacerdote está "continuamente" delante de Dios intercediendo por nosotros; somos representados por él, y hechos aceptos en él.

La santidad nos pertenece, pero no por méritos propios, sino en los méritos del Señor. Porque hoy Dios nos ve a través de la persona santa y sublime de nuestro Sumo Sacerdote.

Cuando más profundamente conozcamos nuestra indignidad y flaqueza personal, tanto más experimentaremos esta realidad humillante, que en nosotros no mora el bien, y más fervientemente bendeciremos al Dios de toda gracia por esta verdad consoladora: "y sobre su frente estará continuamente, para que obtengan gracia delante de Jehová".

En los versículos 40 al 43 añade: "Y para los hijos de Aarón harás túnicas...para honra y hermosura...y estarán sobre Aarón y sobre sus hijos cuando entren en el tabernáculo del testimonio, o cuando se acerquen al altar para servir en el santuario, para que no lleven pecado y mueran".

Las vestiduras sacerdotales de Aarón, son la expresión de las cualidades intrínsecas, esenciales, personales y eternas de Cristo, mientras que las túnicas de sus hijos, representan la gracia que está revestida la iglesia, en virtud de su asociación con el Jefe soberano de la familia sacerdotal.
Cada creyente que ha recibido al Señor Jesucristo en su corazón, ha pasado de muerte a vida. Es hecho una nueva criatura, con vestiduras nuevas, es decir, con una manera diferente de vivir.

No se trata de creer en Cristo y poner remiendo en las vestiduras viejas. ¡No! Si realmente hemos nacido de nuevo, se ha producido una metamorfosis muy profunda; hemos recibido las vestiduras sacerdotales. Lógicamente entendemos que no se trata de usar una túnica, sotana o un cuello clerical, sino de nuestra nueva manera de vivir, del testimonio que envuelve nuestra nueva vida en Cristo.

En el Antiguo Testamento Dios habló por medio de figuras, sombras de aquellas cosas que habrían de venir. Pero habiendo llegado Cristo, hoy nos habla por medio de la realidad misma de las cosas.

Las cosas espirituales, se han de discernir espiritualmente. 1Cor.2: 14 "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente".

Aquellos que no tienen ese discernimiento espiritual para entender estas cosas, lo aplican carnalmente, razón por la cual se conforman con usar una vestidura física distintiva con un cuello clerical, y también para establecer esa división que el hombre natural ha realizado para seccionar el cuerpo de la iglesia, entre "clero y laicos".

En el Antiguo Testamento se adquiría la bendición de ser sacerdote, por nacer en la tribu de Leví. Hoy en día, por nacer de nuevo en la familia de Dios a través de su conversión.

La conversión es cuando en la soledad de un capullo, el gusano tiene ese encuentro personal con su Creador. Le pedimos perdón al Señor, y salimos desde allí, no arrastrándonos nuevamente como un gusano sobre el polvo de la tierra, sino que ahora podemos remontarnos hasta las alturas de Su santidad, provisto de maravillosos colores que hermosearan nuestra nueva vida.

Esa nueva envestidura, es lo que hoy corresponde a nuestras vestiduras sacerdotales que Dios nos ha provisto. Es nuestro testimonio personal, nuestra nueva manera de vivir. Porque ahora TODAS las cosas son hechas nuevas.

2Cor. 5: 17 "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí TODAS son hechas nuevas".

Ha de verse, tiene que destacar. Cuando un israelita entraba al atrio del tabernáculo, inmediata podía distinguir quien era un sacerdote. Así también debe ser en el día de hoy; donde quiera que se encuentre un creyente, todos deben saber que es un sacerdote del Dios Altísimo; no solamente por lo que hable, sino que principalmente por su testimonio, por sus vestiduras sacerdotales.

Los sacerdotes levitas entraban al tabernáculo para ofrecer incienso a Dios. Ese incienso era consumido con el carbón encendido que tenían que sacar únicamente desde el altar de los sacrificios, allí donde había sido sacrificado el cordero por los pecados del pueblo.

Seguramente que recordaremos la trágica experiencia de los sacerdotes Nadab y Abiú que se menciona para nuestra enseñanza en Lv. 10 : 1-2 "Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová".

¿En qué consistió sus faltas? ¿Eran falsos sacerdotes? ¿Eran usurpadores de ese oficio? De ningún modo, eran verdaderos miembros de la familia sacerdotal y con sus vestiduras oficiales. Sus pecados consistieron en: "ofrecer delante de Jehová fuego extraño que él nunca les mandó".

Se alejaron en su culto, de la sencilla palabra ordenada por el Señor. Nada se exigía del hombre más que un espíritu de obediencia al mandamiento divino, pero ellos hicieron como sus humanas voluntades estimaron mejor; cambiaron lo dispuesto por Dios.

El hombre siempre ha mostrado una porfía inexplicable para desobedecer a lo que el Señor ha mandado de una forma tan clara en Su Palabra. Los atajos parecen tener siempre encantos irresistibles para el corazón humano.

Dice Pr. 9: 17 "Las aguas hurtadas son dulzura, y el pan comido en oculto es suave". Tal es el lenguaje del enemigo, pero el corazón humilde y obediente, sabe que el camino de la sumisión a la Palabra de Dios, es el único que conduce a las aguas que son realmente dulces.

Aunque la mayoría aplastante haga y diga lo contrario, si queremos ser fieles, hemos de volver los ojos al Señor, y buscar en Su Palabra cual es Su voluntad.

Nadab y Abiú podían pensar que una clase de fuego era tan bueno como otro, pero no era su deber decidir aquel punto. Ellos debieron atenerse a la Palabra del Señor, pero en lugar de eso, confiaron en su propio criterio y recogieron amargos frutos.

La santidad divina desecha lo que es fruto de la voluntad corrompida del hombre; voluntad que nunca es más horrorosa y abominable, que cuando se inmiscuye en las cosas dispuestas por el Señor.

En la iglesia todos somos sacerdotes de Dios (no existen los "laicos"), pero si hacemos algo que Dios nunca nos ha mandado, no nos caerá fuego del cielo y moriremos; porque hoy estamos bajo la Gracia, aunque eso no significa que escaparemos del fuego del juicio de Dios.

Cuando venga el Señor y nos lleve a las mansiones celestiales que él fue a prepararnos, dice la Palabra de Dios, que lo primero que acontecerá allá en la gloria, será el tribunal de Cristo
Rm. 14: 10 "Porque TODOS compareceremos ante el tribunal de Cristo". Y en 2Cor. 5: 10 "es necesario que TODOS nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo".

Allí daremos cuenta de nuestras obras que hemos realizado aquí en la tierra. Entonces el fuego las probará, como dice en 1Cor. 3: 13-15 "La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelado; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego".

Entonces caerá el fuego de Dios sobre todas las obras de los sacerdotes de la iglesia, y el fuego las probará. Toda la madera, el heno y la hojarasca, será consumida. Es decir, todas aquellas cosas que fueron hechas en la carne y no en el espíritu, aunque lleven cuello clerical, será quemado.

Todas las obras que fueron realizadas para ser vistos por los hombres, por vanagloria, ganancia deshonesta o por contienda; todo eso será quemado, el fuego lo consumirá.

Cuantas obras que se han realizado con mucho esfuerzo, gran dedicación y sinceridad, pero si el Señor no lo ha mandado, será consumido por el fuego. Es sumamente importante obedecer al Señor en su mandato de "escudriñar las Escrituras" para conocer Su voluntad, de lo contrario, habremos trabajado en vano.

En Heb.12: 28 "Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia, porque nuestro Dios es fuego consumidor".

Somos sacerdotes, razón por la cual nos exigirá más. En todo momento debemos llevar nuestras vestiduras sacerdotales, nuestro testimonio limpio; porque hemos de hacer TODO como para el Señor.

Col. 3: 23 "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres". Somos sacerdotes de Dios a tiempo completo, no solamente el día Domingo. Es una gran hipocresía colocarse las vestiduras sacerdotales únicamente para asistir a la iglesia.

Lo más importante del propósito por el cual el Señor nos ha dejado aquí, es para que seamos luz en medio de las tinieblas. Por lo cual es lógico entender que allá afuera, en nuestro hogar, donde está nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo y vecinos, es donde debe distinguirse mejor nuestra estatura espiritual y destacarse más nuestras vestiduras sacerdotales.

Mantengamos limpio nuestro testimonio, sirviendo al Señor con temor y temblor; todo lo que hagamos, hagámoslo como para el Señor, en plena dependencia del Espíritu Santo. No olvidemos jamás que somos sacerdotes para Dios los siete días de la semana. Que así sea, Amén.

LOS CINCOS DONES DE LIDERAZGO

Por Ralph Mahoney

Los Dones de Liderazgo que Jesús colocó en la Iglesia:

A. ¿Por qué Jesús otorgo dones de liderazgo en la Iglesia?. Después de morir por nuestros pecados sobre la cruz, nuestro Señor Jesús ascendió al cielo para sentarse a la diestra de nuestro Padre Celestial (hechos 1:9-11; Efesios 1:20-22). Desde ese lugar de autoridad, Él otorgó dones de liderazgo a la iglesia. El dió apostoles, profestas, evangelistas, pastores y maestros para la perfección (para equipar) de los santos. (Efesios 4:11-12).

La traducción del término griego "perfección" en Efesios 4:12 significa "reparar" el daño encontrado en creyentes nuevos (causados por el pecado), "preparar" y "equipar" a los creyentes para hacer obras de servicio en la iglesia. Los lideres entrenan a los miembros de la iglesia a fin de que puedan hacer la obra del ministerio y, de esa manera, cumplir la voluntad de Cristo para la iglesia. Los lideres tienen que equipar (entrenar) a los miembros para:

1. Ministrar al Señor (Hechos 13:1-2)
2. Ministrarse los unos a los otros (Hechos 2:44-46) y
3. Ministrar al mundo (Hechos 2:47; Mr 16:15-20)

Esto asegura el crecimiento espiritual y numerico de la iglesia.

B. DESCRIPCIÓN DE LOS CINCO DONES DE LIDERAZGO
1. Apóstoles
a. Hay tres grupos. El Nuevo Testamento especifica tres grupos de apóstoles

1. Doce apostoles del Cordero: (Mateo 10:1-5; Ap 21:14) tiene una relación especial con la nación de Israel (Ap 21:12). En el reino por venir, ellos se sentarán en doce tronos para juzgar a Israel (Mt 19:28).

2. "Apóstoles de Ascensión" tiene una relación especial con la iglesia gentil. Aquellos mencionados en el Nuevo Testamento son Pablo y Bernabé (Hc 14:14), Andrónico y Junia (Ro 16:7), Jacobo (Ga 1:19), Silvano y Timoteo (1 Ts 1:1; 2:6); y otros (1 Co 9:5; 2 Co 8:23).

3. "Falsos Apóstoles" son aquellos que hacen alarde público de ser apóstoles (2 Co 11:13). "...y has probado a los que se dicen ser apostoles, y no lo son, y lo has hallado mentiroso (Ap 2:2). Una señal de un falso apostol puede ser esa reclamación jactanciosa de ser un apóstol. Un verdadero apóstol no se interesará en ser reconocido como tal, sino que servira humildemente como si fuera un esclavo (del grigo=doulos) de Jesús (Ro 1:1; 1 Co 1:1).

b. Señales de los Apóstoles genuinos:

1. Tienen un carácter Santo (2 Co 12:12)
2. Señales, Milagros y Maravillas: Las señales, milagros y maravillas seguiran a los que hacen la obra del evangelismo y el establecimiento de nuevas congregaciones (Hc 2:43; 4:30; 5:12; 14:3; He 2: 2-4).
3. Predicar el evangelio. Su consigna es predicar el evangelio a los que nuncan lo han escuchado (Ro 15:20; 2 Co 10:16) y
4. Su disposición para sufrir. Soportar las persecuciones y anguestias, y aún hasta morir por su Señor (He 9:16; 1 Ti 1:16; 2 Co 11:18-28)

La compañia de los Apóstoles (colectivamente) era responsable de la doctrina de la iglesia (He 2:42); 15:1-35; 1 Co 14:37), corregir las practicas en la iglesia, la vida espiritual y pureza de la misma. Sin embargo, sus enseñanzas estaban sujetas a la comparación con la Escritura y eran rechazadas si no tenian fundamento Biblico (He 17:10-11).

Los apóstoles han sido puestos en la iglesia junto a los Ministerios de Profetas, Maestros, Administradores y otros dones del espiritu (1 Co 12:28); así como los miembros son "puestos" en el Cuerpo de Cristo (la iglesia, 1 Co 12:18).

La raiz griega para "poner" o colocar tithemi es traducida en Hebreos 1:2; como "constituyo". En estos postreros dias no ha hablado por el Hijo, a quien constituyó (puso, estableció o nombró) heredero de todo.... Uno puede ver que la constitución o nombramiento de Jesús como heredero, no es algo temporal, sino permanente.

c. Todavia hoy tenemos el oficio de Apóstoles. La constitución o nombramiento de los cinco dones del Ministerio (incluyendo el de apóstoles y profetas) no fue un fenomeno temporal del primer siglo como argumentan algunos teologos.

No hay respaldo Biblico para la enseñanza de que el Ministerio de Apóstoles y Profetas cesarían después del primer siglo de la historia de la iglesia. Por el contrario, la iglesia esta repleta de ejemplos del Ministero Apostolico.

Además el autor ha viajado por más de 150 naciones en el siglo 20 y observado la obra de muchos apóstoles en ascensión , en muchos grupos congregaciones diferentes en todo el mundo.

2. PROFETAS
a. Trabajan con los Apóstoles. Los siguientes versiculos parecen implicar que el apostol y el profeta trabajan en mancomunidad o muy cerca el uno con el otro.

"...les enviaré profetas y apostoles (Lc 11:49). Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas.... (1 Co 12:28).

"Edificaos sobre el fundamento de los apóstoles y profetas..." (Efesios 2:20).

"Alegraté...vosotros, santos, apóstoles y profetas; por Dios os ha hecho justicia en ella". (Ap 18:20). El Ministerio Profético es mantenido en equilibrio por medio de trabajar con un apóstol.
b. Predicen Eventos y advierten los peligros. Por medio de la revelación del Espíritu Santo (Jn 16:13), los profetas del Nuevo Testamento como Agabo, predijeron eventos antes de que sucedieran (Hch 11:28); también dio profecías ilustradas para amonestar los peligros que vendrían (Hch 21:10, 11). Otros profetas del Nuevo Testamento fueron Judas y Silas ( Hch 15:32).

c. Confirman Lo Que Dios Ha Hablado. Pablo dijo que no debemos menospreciar las profecías (1 Ts 5:20). Con todo, él rehusó ser gobernado y dirigido por los profetas o profecías (lea Hechos 20:23; 21:4; 11-14). El principal ministerio de los profetas del Nuevo Testamento, era confirmar algo que Dios YA HABÍA hablado al individuo creyente. "…Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado…" (Hch 13:1, 2).

El Señor ya los había llamado. Los profetas solamente confirmaron este llamado.

d. Sus Palabras Deben Ser Examinadas. Por lo tanto, las palabras de los profetas deben ser examinadas cuidadosamente (Dt 18:22; Jer 28:9; 1 Co 14:29; 1 Ts 5:19-21) pues puede que estén equivocadas. Si las palabras habladas por los profetas no están de acuerdo con las palabras escritas en la Biblia, tales palabras tienen que ser rechazadas (Dt 13:1-5). Vea las notas en 1 Corintios 12 y 14 (los Dones del Espíritu) para una explicación de la diferencia entre profecía simple y el oficio profético.

3. EVANGELISTAS
Son personas dotadas en la predicación del evangelio y ayudan a las almas para que conozcan y acepten al Señor Jesús como Salvador. Felipe es el único identificado como evangelista en el Nuevo Testamento; por consiguiente, podemos concluir que él es el evangelista ‘modelo' (Hch 8:5-13; 8:26-40; 21:8).

a. Señales De Un Evangelista:
1) Es Uno Que Viaja. Viaja a muchos lugares para predicar a Cristo (Hch 8:5) con

2) Señales, Milagros Y Maravillas (Hch 8:6-13).

3) Avivamientos De Toda La ciudad. El evangelista conduce a avivamientos de toda la ciudad.

4) Equipa a Los Creyentes. Él (junto a los otros cuatro dones del liderazgo) equipa a los miembros de la iglesia para las obras del servicio (Ef 4:11, 12).

4. LOS PASTORES
El término pastor es el mismo que apacentador. Los pastores (apacentadores) están para cuidar, dirigir y alimentar las ovejas. Ellos apacientan, disciplinan, oran, aman y ministran a la congregación local de creyentes bajo su cuidado (Hch 20:28). Ellos deberán llenar los requisitos de 1 Timoteo 3:1-13 y Tito 1:5-9.

5. MAESTROS
Los maestros son capacitados por el Espíritu Santo para ayudar a otros a entender la Palabra de Dios (la Biblia) y el plan de Dios. El don de la enseñanza, es a menudo combinado con el papel de pastor o anciano (1 Timoteo 3:2, Tito 1:9).

C. RESUMEN
1. Los Cinco Dones
a. Los Apóstoles GUARDAN la Iglesia de las falsas doctrinas prácticas.

b. Los Profetas GUÍAN a la Iglesia en el evangelismo y expansión misionera.

c. Los Evangelistas CONGREGAN a los incrédulos a través de predicar la Palabra seguida de señales: sanidad, exorcismo y milagros.

d. Los Pastores ALIMENTAN a los creyentes hasta que alcanzan la madurez espiritual.

e. Los Maestros FUNDAMENTAN a los creyentes sobre la roca: Cristo Jesús.

2. Jesús, Nuestro Modelo
Jesús es nuestro modelo en todas las cosas. Él es llamado:

a. Apóstol (He 3:1)

b. Profeta (Lc 24:19; Jn 4:19; Hch 3:22-26).

c. Evangelista (Lc 4:18)

d. Pastor (Jn 10:2; He 13:20; 1 P 5:4) y

e. Maestro (Jn 3:2).

3. Descripciones De Trabajo, No Títulos
Los líderes de la Iglesia pueden ser combinaciones de los ministerios descritos en los párrafos anteriores. Algunos son pastores-evangelistas. Otros son pastores-profetas. Y aún otros pueden ser pastores-maestros, o pastores-apóstoles.

En el Nuevo Testamento, estos términos no fueron usados como títulos. Fueron usados como descripciones de trabajo para detallar las funciones o dones que un hombre tenía. Fueron utilizados de la misma manera en que describiríamos a un carpintero, a un pintor, a un electricista o agricultor.

Los líderes de la Iglesia deben evitar el conferirse títulos de honor a sí mismos (Mt 23:8-12). Aquellos llamados al liderazgo de la Iglesia, son únicamente sirvientes del Señor y de Su rebaño (Ro 1:1; Tit 1:1).

Sigamos el ejemplo de Pedro: "…como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito" (2 P 3:15). Él escogió sus palabras sabiamente cuando se refirió al "Apóstol Pablo". ¿Acaso no debemos hacer lo mismo?

lunes, 18 de octubre de 2010

¿Qué es la Biblia?

La palabra "Biblia" viene del griego y significa "libros". Es el conjunto de Libros Sagrados llamados también "Sagradas Escrituras" (Mateo 21:42; Hechos 8:32) que contienen la Palabra Viva de Dios y narran la "Historia de Salvación" (como Dios nos salva). Nos revela las verdades necesarias para conocerle, amarle y servirle.

La Biblia se divide en dos partes: Antiguo Testamento (antes de Cristo) y Nuevo Testamento (plenitud de la promesa en Cristo). "Testamento" significa "alianza" y se refiere a las alianzas que Dios pactó con los Israelitas en el Antiguo Testamento y la nueva y definitiva alianza que Dios hizo con los hombres en la Sangre de Jesucristo.
¿Por qué decimos que la Biblia es revelación de Dios? "Revelación" significa darse a conocer. A través de todas las palabras de la Sagrada Escritura, Dios dice sólo una palabra, su Verbo único (Jesucristo), en quien él se dice en plenitud (Heb 1,1-3). Por esta razón, la Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras como venera también el Cuerpo del Señor. La Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, determinó los libros de la Biblia y los reconoció como revelación divina.

Dios es el autor de la Sagrada Escritura. Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo. Dios inspira a sus autores humanos: actúa en ellos y por ellos. Da así la seguridad de que sus escritos enseñan sin error la verdad salvífica.

¿Quién escribió la Biblia? La Biblia es la Palabra de Dios, su autor es Dios que escribe por medio de los autores humanos. Muchos de los libros llevan el nombre del autor, otros, como los primeros, escritos por Moisés, no.

¿Cuando se escribió la Biblia? Fue un largo proceso que comenzó unos 1300 años antes de Jesucristo. El último escritor fue San Juan +aprox.100AD.

¿Porque la Iglesia nos exhorta a leer la Biblia? La iglesia no cesa de presentar a los fieles el Pan de vida que se distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo. En la Sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y fuerza, porque, en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es realmente: la Palabra de Dios (Tes 2,13). En los libros sagrados, el Padre que está en el cielo sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos. Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual.

Recomendaciones para leer laBiblia
1)Orar al spíritu Santo para recibir su luz y entendimiento.
2) Leer con humildad, no pretendiendo tenerlo ya todo entendido.
3) Interpretar según la Iglesia. La humildad exige que se pregunte y estudie.
4) Leer la Biblia con frecuencia para beber mas de la fuente.
5) Leer con el fin de amar y obedecer mas a Dios y amar mas al prójimo.
6) No buscar en la Biblia ciencia natural sino un mensaje espiritual.

¿Cómo buscar un pasaje en la Biblia? La Biblia se divide en libros, capítulos y versículos. Ejemplo: Juan 3, 16 significa: el Evangelio de Juan, capítulo 3, versículo 16.
Puedes buscar el libro en el índice. Entonces, habiendo encontrado el libro, busca el capítulo y finalmente el versículo.

¿Qué libros nos revelan la vida y enseñanzas de Jesús? La vida y enseñanzas de Jesús fueron transmitidas por los Apóstoles por medio de dos vias:
a) Por la Tradición que recoge el mensaje comunicado primero oralmente.
b) Por las Sagradas Escrituras procedentes de los Apóstoles que componen los libros del Nuevo Testamento, en especial en los cuatro Evangelios los cuales fueron escritos por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. ("Evangelio" significa "buena noticia" porque Jesús ES la Buena Noticia).

Estamos llamados a vivir el Evangelio con el poder del Espíritu Santo. Asi hicieron los santos. Todos estamos llamados por Dios a ser santos.
Si tengo la Biblia, ¿para qué necesito la Iglesia? Necesitamos también a la Iglesia porque: La iglesia es el Cuerpo De Cristo, instituido por el mismo Jesucristo para salvarnos. No podemos guiarnos solos: "Ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia" (2 Pedro 1, 20). La Iglesia, como madre y maestra, es la auténtica intérprete y formadora a través de sus pastores. Aceptar y vivir esta verdad requiere humildad.

Lee en la Biblia: Hechos 2, 42; 2 Timoteo 4, 1-5.
¿Que orden seguir para leer la Biblia con más provecho?
Sin quitar la inspiración para recurrir a cualquier parte de la Biblia en cualquier momento, se puede establecer algún orden que ayude en el mayor entendimiento.

Hay varias opciones.

1. Seguir por orden las etapas de la historia de la salvación: del Antiguo al Nuevo Testamento.
Ventajas: Es una lectura que nos lleva progresivamente por la Historia de Salvación.
Inconvenientes: Es un camino muy largo para llegar al Evangelio que es "la plenitud de la revelación". Se encuentran secciones difíciles de leer y de menos importancia que los Evangelios.
2. Leer primero el Nuevo Testamento y pasar luego al Antiguo.
Ventajas: Con la lectura del Evangelio, el lector entra inmediatamente en contacto con la persona de Cristo, su vida y su doctrina; y percibe luego, en los demás escritos del Nuevo Testamento, el desarrollo y profundización de la fe y de la moral cristiana, gracias a las luces del Espíritu Santo dado en Pentecostés..

Después vendrá la lectura del Antiguo Testamento que es la preparación, querida por Dios en vista de la Nueva Alianza.
Inconvenientes: Este método no permite constatar suficientemente que el Nuevo Testamento es la plenitud de realización de las promesas hechas en el Antiguo, que el Nuevo Testamento se enraíza en el Antiguo y que éste sirve porosamente para "iluminarlo y explicarlo".

3. Lectura combinada de Antiguo y Nuevo Testamento.
Ventajas: Se pueden escoger los principales libros que nos ofrecen una enseñanza fundamental y después ir a los demás.
Inconveniente: Si no se tiene cuidado podrían olvidarse algunos libros o escoger lo que mas nos guste y no lo que Dios quiere enseñarnos. Este inconveniente puede vencerse si se advierte el peligro.
A continuación lo invito a que observe el siguiente video de que significa la Biblia para tí, pregunta que se hizo a un grupo de jóvenes. Dios te bendiga



sábado, 9 de octubre de 2010