jueves, 8 de abril de 2010

LA MENTIRA.

Salvador Fernández Zarco nació en Cuba, un pequeño pueblo en el sur de Portugal. Se hizo pasar por genovés para recibir apoyo de los reyes de España para sus planes, ya que eran enemigos de la corona portuguesa.
Según dijo, había salido de Génova a los 24 años pero no se le conoce ni una sola carta escrita en genovés, sino en castellano o portugués. Por donde quiera que pasó no usó nombres italianos, sino castellanos como Veracruz, Santo Domingo y hasta nombró a una isla con el nombre de su ciudad natal: Cuba.¿Sabes de quién se trata? De Cristóbal Colón. Según se dio a conocer hace poco, mintió en cuanto a su nombre y su identidad para lograr sus propósitos.La mentira es la manifestación contraria a la verdad. Dios es Dios de verdad (Dt. 32.4, Sal. 31.5), pero Satanás es el padre de mentira (Jn. 8.44). Cuando mentimos estamos apoyando al enemigo. Cuando decimos y pensamos la verdad estamos actuando del lado de Dios.Dios prohíbe explícitamente la mentira (Éx. 20.16). Un efecto evidente de que hemos conocido a Cristo es que dejamos de mentir (Ef. 4.25).Pero ¿qué entendemos por mentira?

(1) Está la mentira directa como fue el caso de Ananías y Safira (Hch. 5.4)(2) Está la media verdad que encontramos en la triste experiencia de Abraham, Sara y Abimelec (Gn. 20.2, 12)(3) Está la respuesta evasiva que dio Caín (Gn. 4.9) y que no es más que otra forma de mentir(4) Está el silencio culpable de Judas Iscariote (Jn. 13.21-30) que significa mentir(5) Está la vida doble. Cuando decimos algo y hacemos exactamente lo contrario (1 Jn. 1.6, Jer. 9.5)

La mentira siempre tiene consecuencias horribles. Los mentirosos no tienen parte en el reino de Dios y su fin, dice la Biblia, es el lago de fuego eterno (Ap. 21.8). “El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa sólo por un momento” (Pr. 12:19). “Si van a hacer algo digan que sí, y si no lo van a hacer digan que no. Todo lo que digan de más viene del diablo”

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