viernes, 10 de julio de 2009

OTRA FORMA DE ENTENDER LA VIDA.

Jesús te ofrece la vida verdadera

El hombre más grande de todos los tiempos, Jesucristo, quien ni siquiera tuvo un lugar propio donde recostar su cabeza, dijo: “La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” Y acto seguido habló de un hombre cuya única preocupación era asegurar sus bienes para disfrutar de una jubilación anticipada. “Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?”

“La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” Las cosas de verdadero valor no se pueden comprar. La persona que solo tiene bienes materiales, finalmente perderá sus bienes y también perderá su alma. “Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.” ¿Qué provecho tiene ganar el mundo, si pierdes el alma?

Jesús nos invita a seguirle, a buscar primero el reino de Dios, a invertir nuestra vida en lo que no pierde valor, y a cambio nos ofrece gratuitamente lo que ni con todo el dinero del mundo podríamos comprar: paz con Dios, vida eterna y felicidad. Jesús es el camino a seguir. Él murió en una cruz para darnos la verdadera riqueza, y dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.”

Con Jesús tienes asegurada la vida en abundancia. Sin él, aunque lo tengas todo, no tienes nada.
El profeta Isaías preguntó hace muchos años: “¿Por qué gastáis vuestro dinero en lo que no es pan y vuestro trabajo en lo que no sacia?” Solo Jesús puede saciar el hambre y la sed de verdad que hay en el ser humano. Él así lo afirma diciendo: “Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre, y el que en mi cree, no tendrá sed jamás.”

Jesús nos ofrece gratuitamente lo que ni con todo el dinero del mundo podríamos comprar; paz con Dios, vida eterna y felicidad. Con Jesús tienes asegurada la vida en abundancia. Sin él, aunque lo tengas todo, no tienes nada. Si quieres conocer a Jesús, lee la Biblia.

miércoles, 8 de julio de 2009

¿CUALES SON LOS PASOS PARA LA SALVACIÓN?

Varias denominaciones cristianas agregan el bautismo, la confesión pública, el apartarse del pecado, el hablar en lenguas, etc. como pasos a la salvación. Pero la Biblia solo presenta un paso a la salvación. Cuando el carcelero de Filipos le preguntó a Pablo, “¿Qué debo hacer para ser salvo?” Pablo respondió, “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo”. (Hechos 16:30-31).
La fe en Jesucristo como Salvador es el único “paso” a la salvación. El mensaje de la Biblia es abundantemente claro. Todos hemos pecado contra Dios (Romanos 3:23). Y como resultado de nuestro pecado, merecemos ser separados de Dios eternamente (Romanos 6:23). Como resultado de su amor por nosotros, (Juan 3:16), Dios tomó la forma humana y murió en nuestro lugar, tomando así el castigo que nosotros merecemos (Romanos 5:8; 2 Corintios 5:21).
Dios promete el perdón de los pecados y la vida eterna en el cielo a todos los que reciben a Jesucristo como su Salvador, por gracia, por medio de la fe. (Juan 1:12; 3:16; 5:24; Hechos 16:31).
La salvación no se obtiene por medio de ciertos pasos que tenemos que tomar para ganarnos la salvación. Sí, los cristianos deben bautizarse. Sí, los cristianos deben confesar públicamente a Cristo como su Salvador. Sí, los cristianos deben apartarse del pecado. Sí, los cristianos deben comprometer sus vidas a obedecer a Dios. No obstante, estos no son pasos a la salvación. Son resultados de la salvación. Debido a nuestro pecado, no podemos de ninguna manera ganar la salvación. Podríamos seguir 1000 pasos, y no sería suficiente. Es por eso que Jesús tuvo que morir en nuestro lugar. Somos absolutamente incapaces de pagar nuestra deuda de pecado a Dios o de limpiarnos de nuestro pecado. Sólo Dios podría lograr nuestra salvación, y así lo hizo.
Dios mismo completó los “pasos” y de ese modo ofrece la salvación a cualquiera que lo reciba de Él. La salvación y el perdón de pecados no tienen nada que ver con seguir ciertos pasos. Es por recibir a Jesucristo como Salvador y reconocer que Él ha hecho todo el trabajo por nosotros. Dios requiere un paso de nosotros – el de recibir a Jesucristo como nuestro Salvador, confiando total y únicamente en Él como el camino a la salvación. Eso es lo que distingue la fe cristiana de otras religiones del mundo, las cuales tienen una lista de pasos que se tienen que seguir para llegar a recibir la salvación. La fe cristiana reconoce que Dios ya ha completado los pasos, y simplemente nos llama a recibir a Jesús por la fe.¿Ha hecho usted una decisión por Cristo, por lo que ha leído aquí? Si es así, por favor oprima la tecla “¡He aceptado a Cristo hoy!”

lunes, 6 de julio de 2009

ORIGEN DE LA RENOVACIÓN CARISMATICA

El Espíritu Santo es el fundador de esta corriente de gracia. Y además se pueden vivir los dones y carismas del Espíritu Santo.

En las iglesias Cristianas, también se pueden observar esta corriente de gracia, así como se esta viviendo en la iglesia Católica en los grupos de oración de Carismáticos. Que lindo porque por primera vez es el mover del Espirítu Santo y no mover del hombre. Que lindo es Dios....

¿Pecadores?

Desde muy niños ya presentamos rasgos negativos; el egoísmo, la mentira, la envidia. Somos pecadores porque la tendencia a pecar ya viene dentro de nosotros. Somos pecadores no porque nuestros padres nos enseñaron a pecar, sino porque ya desde que nacemos estamos dirigidos por nuestra carne que por naturaleza es pecaminosa (Salmos 51.5).
Si le preguntas a cualquiera si es pecador o si está conciente que lo que está haciendo está mal, casi siempre te dirá: «Pero es que yo soy así porque…», o: «A mí me enseñaron…», o: «Yo no soy tan malo, por ahí hay peores que yo». La verdad es que tenemos dentro de nosotros las peores cualidades que nos pueden convertir en ladrones, asesinos y ultrajadores. Claro que la sociedad no nos enseña que nuestra conducta proviene del pecado, nos dicen que proviene de la crianza, del ejemplo que se nos dio o de cualquier otra cosa que los psicólogos puedan inventar.
Si se nos enseñara la verdad, entonces tendríamos que admitir que sí somos malos por naturaleza, que el pecado viene atado a nuestro corazón. Solo se nos enseña que ciertas malas conductas no son aceptables o dependiendo de tus circunstancias son entendibles. Pero la Biblia dice lo contrario (Romanos 5.13, 14).
¿Cuál es la solución que nos da la sociedad? No es admitirlo, sino esconderlo. Esta bien ser la peor persona del mundo siempre y cuando nadie se entere. Que te digan envidioso es tremendo insulto porque el que te lo digan en la cara no es aceptable. De esta forma, hay miles de cualidades que no queremos que nadie conozca de nosotros. Queremos mostrarnos como personas fuertes y autosuficientes. Dios no nos envió para que seamos fuertes, sino para que seamos débiles. Porque el que es débil, en Cristo halla su fuerza (Joel 3.10; 1 Timoteo 1.12).
Dios es nuestro consolador y no importa cuánto le fallemos, Él nos renueva día a día. Su sangre no solo nos limpia, sino que nos da la fortaleza y la valentía para encarar nuestras debilidades. Cristo te dice: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11.28). Solo Él te da tranquilidad cuando enfrentas la tormenta. Ve en pos de Él que te dará el descanso que necesitas.

¿Cómo estaré preparado para una tragedia?

¿Cuál es la mejor manera de prepararte para una tragedia que pueda sobrevenirte? Confiando en Cristo y caminando con Él día a día. Dedica tiempo al estudio de su Palabra a fin de tu fe sea algo profundo y dinámico, que crezca y alcance a los demás.
Confiando en Dios en tus pequeños problemas de la vida y así verás cómo te ayuda con las soluciones. Sin embargo, no adoptes una actitud temerosa y pesimista ante la vida. Si le tienes temor a la vida comenzarás a crearte tus propios problemas quieras o no. La Biblia te dice: «Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él… En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor…” (1 Juan 4.16, 18).
Enfréntate a la vida con un espíritu dinámico. Dios tiene grandes cosas planificadas para sus hijos. Tu Padre celestial siempre te prepara para lo que Él prepara para ti, así que procura permanecer cerca del Señor. Sirve a los demás y ayúdalos a llevar sus cargas. Estarás preparado si llega el sufrimiento y Dios te ayudará a pasar por la experiencia.

Seguridad en la inseguridad

Si eres un redimido por la sangre de Jesucristo, Dios quiere que tengas la seguridad de que vas a heredar la gloria de Dios. Cuando mueras irás al cielo, no al infierno. Formarás parte del reino futuro de Dios y vivirás por siempre en los cielos nuevos y la tierra nueva con un gozo continuo en lugar de aflicción. La Biblia te dice: «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado» (Romanos 5.1-5).
Tienes más de un enemigo contra tu seguridad en Cristo. Uno es el temor de que seas hipócrita. Pudieras ser un cristiano falso, aunque seas religioso y pertenezcas a una iglesia. El Señor enseña que la aflicción es el gran terreno de prueba de Dios donde se demuestra si tu fe es genuina. Y Dios, por su gracia, te lleva a través de las pruebas de manera que tu fe será vista como genuina y tendrás esperanza porque no eres un hipócrita.
Sin embargo, ¿qué sucedería si en lo que crees es falso? No solo tu fe, sino en lo que pones tu fe. ¿Y si logras pasar por medio de las tribulaciones con una fe probada y al final esa esperanza demuestra que está edificada sobre la arena? Creías que Dios te amaba, pero descubres que no era así, puede que él ni siquiera exista. Este también es un gran obstáculo para tu seguridad.
Pero tu esperanza, enraizada en la autenticidad de una fe probada, no te desilusionará. Y lo sabes porque el Espíritu Santo ha venido a tu vida y ha derramado el amor de Dios de manera que lo puedes sentir en tu corazón. Esto no es un argumento, es sobre todo la experiencia personal del amor de Dios inundando el corazón con una sensación inmediata de la realidad de Dios y su amor.¿Puedes ver cuan grande y maravilloso es esto? Pidamos al Padre que haya un gran movimiento del Espíritu en nosotros y entre nosotros para darnos no solo la certeza de que nuestra fe es genuina, sino de que está bien establecida en el amor de Dios por nosotros.
Y cuando vengan las aflicciones no las tengas como algo extraño, ellas vendrán. Al contrario, regocíjate y gloríate en el amor de Dios que las usa para forjar tu fe y confirmar en tu corazón que realmente eres hijo o hija de Dios por la fe.

¿Por qué orar con otros? (Segunda parte)

La oración unida verdadera tiene sus características que el Señor nos muestra en estos versículos. La primera es estar de acuerdo en lo que se pide. No solo es un consentimiento general en lo que vamos a pedir en oración, sino que necesitamos un deseo unido claro en lo que pedimos. De este modo podemos pedir con confianza, conforme a la voluntad de Dios y estar seguros de su respuesta corporativa a su pueblo.
La segunda característica de la oración unida verdadera es que nos reunamos en el nombre de Jesús. El deseo y la voluntad del Señor tienen que ser el centro de esta y todas nuestras reuniones de intercesión como iglesia. Esto quiere decir que al juntarnos en este hogar hoy comprendemos y creemos que estamos bajo la sombra del mismo Jesucristo, que el está realmente presente aquí. Jesús dice: «donde están dos o tres congregados (en oración) en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». La presencia viva de Jesús en la comunión de sus hijos que lo aman y oran a Él, da el poder de Cristo mismo a la oración unida.
La tercera característica de la oración unida es la respuesta segura: «les será hecho por mi Padre que está en los cielos». Al reunirnos para orar como iglesia confraternizamos como familia y nos edificamos de manera personal, pero este no es el supremo propósito del Señor.
La real evidencia de la verdadera oración unida es el fruto, la respuesta, y Dios ha prometido respondernos. Que ocurriría si al reunirnos a orar como iglesia la fe en la presencia de Cristo y la expectativa de la respuesta estuvieran ante nuestros ojos. Que sucedería si como iglesia pedimos la venida del reino de Jesucristo y un poderoso derramamiento del Espíritu Santo. Que poder desarrollaría la iglesia si le diera a la tarea de orar el lugar que necesariamente merece. La iglesia no se reúne simplemente para que nos cuidemos y nos edifiquemos los unos a los otros. Dios rige al mundo por medio de las oraciones de su pueblo. Mediante la oración la iglesia tiene autoridad sobre los poderes del mundo espiritual.Cuando oramos como iglesia somos puerta del cielo, donde se siente la presencia de Dios y se experimenta su poder, porque Dios cumple nuestros ruegos.

¿ Cuánto vales? ¿Estás siendo tentado? ¿Estás agobidado?

No sé si estás agobiado en esta hora. ¿Cómo te sientes en tu vida? Quizá tienes problemas en tu vida personal. Tal vez tienes problemas en tu hogar. Quizá estás agobiado por las cargas económicas que pesan sobre ti. Es posible que te agobien cargas sociales; la sociedad demanda demasiado de cada uno de nosotros. Pienso que quizás estás agobiado o agobiada por cargas morales.Cargas y más cargas. Te parece que se te va a romper la espalda de tantas cargas.
Jesucristo te dice: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga».Jesucristo te dice, Jesucristo nos dice: Ven a mí. Ven a mí que yo te voy a dar descanso. Jesús tiene compasión de ti que estás agobiado. Él tiene compasión de los agobiados por sus cargas que se vuelven a Él. Tienes que venir al corazón compasivo de Cristo. Jesús siente que estás agobiado. Jesús sabe que estás agobiado. Jesús quiere compadecerse de ti. Muchas veces estamos preocupados cuidándonos del colesterol. ¡Se habla constantemente de colesterol, de depresión, de triglicéridos, de presión alta! Se nos dice que nos cuidemos de estas cosas que matan. No es malo cuidarnos de esas cosas, pero no hay asesino silencioso peor que el agobio del alma. Y cuando el alma está agobiada. No hay peor agobio. Ningún otro problema se compara a tu alma agobiada. Necesitas la compasión de Jesús. Y Jesús tiene compasión para tu alma y mi alma agobiadas. Necesitamos tomarle la palabra a Jesús. Necesitamos decirle a Jesús: «Señor, vengo a ti con mis cargas. Cargas morales, espirituales, sociales, económicas. Vengo a ti porque tú has dicho: Ven a mí y yo te haré descansar».

NO HAY LLAMAMIENTO MAYOR

Te aseguro que no hay llamamiento mayor que el de ser esclavo de Jesucristo. Optar por dar tu vida en servicio al Maestro que has llegado a conocer, amar y en quien confías. Nuestra oración debe ser: «Dios, hazme que sea identificado como esclavo de Jesucristo». Esto no quiere decir que vivir como esclavo de Jesucristo será siempre fácil.
¿Son sus requisitos duros a veces? Por completo. ¿Son a veces distintos de lo que hubieras escogido por ti mismo? Sin duda alguna. ¿Desearas a veces verte libre de las obligaciones que exige su servicio? Te lo aseguro. Pero son increíbles las bendiciones que Dios derrama sobre el que se convierte en su esclavo voluntario. Algunos privilegios que tendrás:
 Conocerlo y amarlo, y ser conocido y amado por Él
 Tener su compañía a cada instante, día y noche
 Vivir cuidado y protegido bajo su poderoso brazo
 Agradarlo a Él
 Que se te confíen las infinitas riquezas de su glorioso evangelio y te llame para darlo a conocer al mundo
 Tener un hogar eterno esperándote en los cielos
 Servir junto a tantos otros esclavos de Cristo Para ti, ser esclavo de Cristo probablemente signifique un conjunto de asignaciones diferentes de las que Él le da a otra persona. Debes resistir la tentación de comparar lo que te pide a ti con lo que requiere de otros. Como esclavo suyo, puede que te pida:
 Renunciar a una carrera exitosa para dedicar los mejores años de tu vida a servir a otros
 Gastarte en amorosa vigilia para satisfacer las necesidades de tus seres queridos
 Tu tiempo y tus energías para enseñarle la Biblia a otros o ministrarle a los que están en necesidad espiritual en tu comunidad.
 Servirle en el ambiente de un trabajo secular antagónico a la fe y los valores cristianos
 Servir fielmente durante años en una posición necesaria pero oscura para todos en tu grupo cristiano
 Reducir tus gastos para poder contribuir de manera más generosa a la obra del Señor Independientemente de si Él te llama o no a servirle en maneras que parecen insignificantes o significativas, ocultas o visibles, sea lo que sea que te pida, serás un esclavo feliz y voluntario de Cristo.

DESCANSA EN LA PALABRA

La inseguridad nos inquieta. Pero el deseo de Dios para ti y para mí es que no estemos ansiosos por nada. Dios quiere que descanses en su Palabra. Entrar a ese descanso es el reto que todo problema te presenta hoy día, y fue el reto que enfrentaron los israelitas que se encontraron confrontando al gigante llamado Goliat.
Cuando se cree en las promesas de Dios, no tienes por qué tolerar a ningún gigante en tu vida. Eres heredero del mismo pacto que Dios hizo con Abraham (Gálatas 3.29). ¿Cuánto tiempo has tolerado al gigante de la inseguridad? ¿Crees que «poderoso es Dios para haber que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra» (2 Corintios 9.8)? ¿O has optado por permitir que la inseguridad reine en tu vida y te impida perseguir tus metas o confiar? Si no la controlas, la inseguridad se convertirá en una fortaleza que influirá en todo lo que hagas.
Catorce generaciones antes de la batalla con Goliat, Dios le dio a Abraham su palabra acerca de cómo lo cuidaría. Él le prometió: «Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré» (Génesis 12.3). ¿Cuán firme es tu fe en la promesa de Dios de bendecir y proteger a los que están en buena relación con Él? Si continúas escapando de los gigantes en tu vida, nunca verás el poder de Dios manifestado.Hay una diferencia entre aprender la Palabra de Dios y descansar en ella.
Descansar implica que has cesado de dejar de dudar y has dejado de ser influidos por realidades del presente. No hay ninguna inseguridad que esté fuera de la capacidad de sanar de Dios. Nada es demasiado difícil para Él. Dios dice: «He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne, ¿habrá algo que sea difícil para mí?» (Jeremías 32.27).

SOLDADOS DE DIOS

Cuando recibimos a Cristo como Salvador y Señor, nos convertimos inmediatamente en soldados del ejército de Dios.Seguimos al General que tiene toda autoridad en el cielo y en la tierra (Mateo 28.18). Nuestro Jefe tiene autoridad sobre el diablo, el pecado, la muerte y el infierno. Si eres seguidor de Jesucristo es imposible que seas neutral (Mateo 12.30).
Como soldado de Dios no puedes depender de tu fuerza y experiencia. Tienes que depender para tu fortaleza en la batalla de la gracia de Dios (Juan 15.5). El Señor te pone en medio de maniobras difíciles para que descubras cuán débil eres. Paradójico, ¿verdad?El primer paso para la victoria espiritual es que aceptes con sencillez lo que Dios dice de ti en su Palabra. Hecho esto, puedes comenzar a depender de la gracia de Dios.Nuestro Dios es el “Dios de toda gracia” (1 Pedro 5.10).
Él tiene toda la gracia que existe y toda la gracia que tú y yo necesitamos. El diablo no quiere que dependas de la gracia de Dios. Quiere que dependas de ti mismo y de lo que puedes hacer con las armas de este mundo. Sin embargo, nuestras armas son otras. Son la Biblia (Hechos 6.4) y la oración (Efesios 6.17-18).
El diablo no puede mantenerse firme ante la verdad de Dios. Mientras más conozcas tu Biblia, mejor conocerás al enemigo y sus estrategias. Desde Génesis capítulo 3 y hasta Apocalipsis capítulo 20, la Palabra de Dios te explica con claridad el carácter y las astucias del diablo. El soldado de Cristo no tiene que ser confundido. La Biblia es un regalo de Dios para ti (Juan 17.14). El más grande regalo después de la vida eterna (Salmos 119.97-98).
Los soldados de Dios en las Escrituras, a pesar de sus errores, trataron de agradar solamente a Dios (1 Tesalonicenses 2.4). Ten cuidado que las cosas buenas puedan distraerte como soldado de Dios. Tienes que aprender a dejar las cosas buenas para seguir las mejores. Estás llamado a complacer a Cristo en cada motivo, en casa palabra, en cada acción. Recuerda que el soldado no elije lo que es seguro para él o lo que es popular para otros, decide lo que es correcto ante su General.La vida cristiana no es fácil. Hay muchas batallas contra un enemigo taimado y poderoso. Pero Jesucristo ya lo venció y tú eres un soldado de Dios por fe. No peleas para vencer, la victoria ya está ganada (2 Corintios 2.14).

domingo, 5 de julio de 2009

sábado, 4 de julio de 2009

Hola Hermanos-as en Cristo Jesús

En este último tiempo Dios me estuvo hablando sobre su amor y lo mucho que desea que lo amemos, al igual que una persona enamorada espera ser correspondido. Pienso que es impactante el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Su misericordia es incomprensible.
Nos ama tanto que a pesar de que tantas veces lo engañamos con ídolos (cosas o personas que ocupan el lugar que Él debe ocupar), Él nos llama aparte, nos habla con ternura y cambia nuestro valle de desgracia en el paso de la esperanza. Dios nos dice: "Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos". Hoy Dios no te pide ningún sacrificio, solo te pide que lo ames! Es muy conmovedor ese amor desesperado que Dios tiene por nosotros. El está tan entregado a ese amor que "siendo por naturaleza Dios se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!" Filipenses 2.6-8. Y todo eso lo hizo por ti, para que tengas vida y vida en abundancia. Juan 10.10
En una ocasión un hombre le preguntó a Jesús: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente --le respondió Jesús--. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos". Mateo 22.36-38 Hermano-a, hoy te puedo decir que lo que Dios más desea es que lo ames, no importa lo que hayas hecho, no importa la situación en la que te encuentres, decídete a corresponderle y declárale tu amor a Él!

jueves, 2 de julio de 2009

¿POR QUÉ ALGUNAS PERSONAS NO SON RESTAURADAS AUNQUE ESTAN EN CRISTO JESUS?

Porque no se atreven a reconocer su propia responsabilidad por el temor y sentimientos de culpa. Prefieren achacar todo problema culpando a otros y cierran la puerta del corazón. Dios demanda una condición: que le abramos la puerta (que es la voluntad), creamos en Él y le obedezcamos porque, Él no obliga. Él invita, Él llama... Él pide que le entreguemos las cargas y le sigamos... "He aquí estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta yo entraré, cenaré con él y él conmigo" (Apocalipsis 3:20).
Jesús quiere entrar con su ministerio de salvación, liberación, sanidad interior, restauración.
Pero en cada área la persona debe abrirle la puerta por medio de la honestidad, humildad y fe

La Biblia habla sobre las Adicciones

1 Corintios 6:19 ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Pues habéis sido comprados por precio. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo.

Lucas 21:34 Mirad por vosotros, que vuestros corazones no estén cargados de glotonería, de embriaguez y de las preocupaciones de esta vida, y que aquel día venga sobre vosotros de repente como una trampa;

Proverbios 20:1 El vino hace burla; el licor alborota. Y cualquiera que se descarría no es sabio.

Proverbios 21:17 El que ama los placeres se empobrecerá; el que ama el vino y los perfumes no se enriquecerá.

Proverbios 23:29 ¿Para quién será el ay? ¿Para quién será el dolor? ¿Para quién serán las rencillas? ¿Para quién los quejidos? ¿Para quién las heridas gratuitas? ¿Para quién lo enrojecido de los ojos? 30 Para los que se detienen mucho sobre el vino; para los que se lo pasan probando el vino mezclado. 31 No mires el vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa, cuando entra suavemente. 32 Al fin muerde como serpiente, y envenena como víbora. 33 Tus ojos mirarán cosas extrañas, y tu corazón hablará perversidades. 34 Serás como el que yace en medio del mar, o como el que yace en la punta de un mástil. 35 Dirás: "Me golpearon, pero no me dolió; me azotaron, pero no lo sentí. Cuando me despierte, lo volveré a buscar."

Efesios 5:15 Mirad, pues, con cuidado, cómo os comportáis; no como imprudentes sino como prudentes, 16 redimiendo el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad del Señor. 18 Y no os embriaguéis con vino, pues en esto hay desenfreno. Más bien, sed llenos del Espíritu, 19 hablando entre vosotros con salmos, himnos y canciones espirituales; cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;

1 Corintios 6:9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, pero ya sois santificados, pero ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.

Proverbios 23:19 Escucha tú, hijo mío, y sé sabio; endereza tu corazón en el camino. 20 No estés con los bebedores de vino, ni con los comilones de carne.